Porque el alemán es un poema… porque inspira, porque somos Deutsches Zentrum y aprender un idioma nunca ha sido tan fácil. 🙂
Autor: Alberto Jiménez Rioja
Estaba yo en el desván
y de repente me dije:
¡quiero aprender alemán!
Pasé por Orán después,
la bella ciudad argelina,
y parado en una esquina
pensé lo mismo otra vez:
¡esta es mi meta, mi afán,
quiero aprender alemán!
Me tumbaba en el diván
una tarde, deprimido:
¡ese maldito Cupido
me ignora, y hoy no hay partido
de fútbol profesional!
¡Nada mejor, ¿entendido?
que unas clases de alemán!
¿Pero cualesquiera sirven,
no importa la calidad?
Neeeiiiiinnn…si alemán
aprender quiero, pero alemán
del mejor, alemán sólido,
fuerte, alemán resolutivo
de honrado trabajador
o estudiante decidido,
voy a Deutsches Zentrum ya:
como dicen los amigos
de Twitter o Facebook,
para alemán como nadie,
para alemán lo mejor.
Está en Rodríguez San Pedro
número 2 y es verdad:
DZ alemán solo,
solo alemán, nada más.
Alemán, menudo lío: mi tío
que trabajó en Alemania
cuando los años sombríos,
el pobre alemán no hablaba,
salvo alguna palabreja
que a duras penas sacaba
de un diccionario alemán.
Las pasó muy regulares
porque hay cantones en Suiza…
…que alemán; alemán Austria
chamulla con acento peculiar;
zonas del norte de Francia
donde el alemán importa,
y parece petulancia
mantenerse en la distancia
lingüística; y la chucruta
de Alsacia (la carnívora receta
con rica col fermentada,
y salchichas alemanas
de cuarenta y siete clases
más buen puré de patata,
tardas en comer un rato),
pidiéndola en alemán
ya verás cómo te tratan,
qué cariñito, ¡qué plato!
Los Länder enteros, claro,
parlan alemán con ganas,
como no puede ser menos.
Ergo repito, Isidoro:
si alemán quieres hablar
sin ridículo desdoro, DZ,
Rodríguez San Pedro 2,
que el alemán no es un toro.